Tras la invasión de la Península Ibérica por vándalos, alanos, suevos y visigodos y la dominación de éstos últimos, efectuada en el año 423, y con la conversión al cristianismo de los mismo por su rey Recaredo, llegaron a España legiones imperiales de Constantinopla con objeto de afirmar en el trono al rey Atanagildo, consiguiendo algunas plazas en el Levante, trayendo consigo a artistas bizantinos que tuvieron una notable influencia en el arte godo, lo que confirio un estilo artístico único a la España de la época.
Las principales características de la arquitectura visigoda en las iglesias son:
- Planta de cruz latina, propia de la Basílica, con tres naves y un ábside cuadrado, a veces en herradura, en el cual se elevaba el altar único.
- Columnas exentas o pilastras para dividir las naves.
- Capiteles corintios o compuestos
- Arcos de herradura y también de medio punto peraltados.
- Techumbre de madera y bóveda de cañón
- Muros de piedra
- No se utilizaban contrafuertes, el contrarresto se logra con el espesor de los muros.
- Ventanas ajímeces con celosías de piedra calada.
- La ornamentación sigue las formas bizantinas de estrella, cruces, etc.
- Los muros se decoran con pinturas o revestimientos de mármol y el pavimento con mosaicos.
San Pedro de la Nave en Zamora y la Ermita de Santa María en Burgos son notables ejemplos de la arquitectura visigoda.
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